Siria, China, Irán, Baréin y Vietnam lideran la lista de Reporteros Sin Fronteras
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) dio a conocer este martes una lista de cinco países y de cinco empresas «enemigos de internet», por su actividad de control de la disidencia a través de la red. Siria, China, Irán, Baréin y Vietnam son los cinco primeros integrantes de su lista que, con el tiempo, RSF pretende nutrir con otros países que se destaquen en el control de la disidencia a través de internet y cuya primera edición fue publicada con motivo de la jornada mundial contra la cibercensura.
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) dio a conocer este martes una lista de cinco países y de cinco empresas «enemigos de internet», por su actividad de control de la disidencia a través de la red. Siria, China, Irán, Baréin y Vietnam son los cinco primeros integrantes de su lista que, con el tiempo, RSF pretende nutrir con otros países que se destaquen en el control de la disidencia a través de internet y cuya primera edición fue publicada con motivo de la jornada mundial contra la cibercensura.
A ellos se suman cinco empresas dedicadas a la elaboración
de herramientas informáticas para la vigilancia a través de internet y
que, según RSF, han colaborado con regímenes totalitarios en el control de la red. Se trata de Gamma, Trovicor, Hacking Team,
Amesys y Blue Coat, una primera nómina que la organización defensora de
la libertad de prensa considera como «no exhaustiva» y «llamada a
prolongarse en los próximos meses».
Son diez ejemplos de colaboración entre dictaduras y
empresas privadas para «controlar las voces disidentes y la difusión de
informaciones comprometidas». Las
empresas, señaló RSF, han comercializado productos «utilizados por las
autoridades para cometer violaciones de los derechos humanos», sin que ellas pudieran ignorarlo.
Las sociedades mencionadas han creado programas
informáticos para «espiar el contenido de otros discos duros, recuperar
claves de acceso o acceder a los correos electrónicos», agregó. RSF
señaló que la empresa francesa Amesys ha vendido a dictaduras una
tecnología «utilizada para vigilar a periodistas y a militantes de los
derechos humanos».
La justicia gala tiene abierta contra ella una investigación por presunta complicidad en la tortura. La estadounidense Blue Coat, afincada en Silicon Valley, ha colaborado con regímenes como Birmania o Siria aportando útiles para controlar la Red.
La germano-británica Gamma vende a Gobiernos útiles que
permiten escuchar conversaciones de Skype y entre sus clientes figuran
Baréin o Emiratos Árabes Unidos, además de haber hecho una oferta al
Gobierno egipcio en tiempos de Hosni Mubarak.
Con Emiratos y con Marruecos ha colaborado la empresa italiana Hacking Team, dueña de un programa que define como «ofensivo» y que es capaz de hacerse con las claves de acceso a programas o cuentas de correo electrónico. En más de 100 países ha vendido sus programas la alemana Trovicor, llamada hasta 2009 «Nokia Siemens Networks», que proporciona centros de vigilancia y material de intercepción de información a través de internet.
Junto a la actividad de estos países, considerados todos
ellos «enemigos de internet» por RSF, la organización denunció que «las
democracias también van cediendo a los cantos de sirena de la
ciberseguridad» y, en nombre de la lucha contra los delitos en la red,
ponen en práctica «legislaciones potencialmente liberticidas».
Un espacio cada día más controlado
«La adopción de este tipo de leyes en países
tradicionalmente respetuosos con los derechos humanos dan argumentos a
los dirigentes de países represivos para dotarse de un arsenal
legislativo contra las voces críticas», indicó RSF. Esta tendencia está
convirtiendo internet en un espacio cada día más controlado y de un
nuevo espacio de represión de la libertad de información y opinión.
«Antes de partir sobre el terreno, un reportero de guerra
debe proveerse de un casco y de un chaleco antibalas. Además, ahora
tiene que hacerse con un 'paquete de supervivencia digital' en cuanto
almacena informaciones sensibles en al red, en su ordenador o en su
teléfono móvil», indicó RSF. Ante esta «guerra sin bombas», los
periodistas y ciberdisidentes deben agudizar el ingenio para evitar que
«los enemigos de la red puedan imponer su poder absoluto», agregó.
Fuente ABC.es
Fuente ABC.es
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