El fósforo es un mineral que se
encuentra en grandes concentraciones en el cuerpo, especialmente en los
huesos, y que es responsable del crecimiento, dientes sanos y la
renovación de células.
A parte de esto, en los deportistas es
muy beneficioso porque ayuda al corazón y mejora la contractilidad del
músculo. De hecho, es un elemento esencial para el metabolismo de
grasas, azúcares, proteínas, ácido fólico y vitaminas del grupo B. Pero
para su absorción, al igual que el calcio, se requiere vitamina D.
Participa en los procesos de creación de
energía y se utiliza para producir creatina, es fundamental para la
producción de la molécula ATP que el cuerpo utiliza para almacenar
energía. Además, reduce el ácido láctico mientras se practica ejercicio.
Se recomienda una cantidad diaria de
fósforo de 700 (y hasta 900 mg), siendo recomendable consumir la misma
cantidad de este mineral que de calcio. Se puede encontrar en nueces,
legumbres, carne de vaca, hígado, salvados, lácteos y derivados
(especialmente quesos), pescados, mariscos, pistachos, huevos y
chocolate, entre otros alimentos.
Debe consumirse una cantidad adecuada ya
que tanto su escasez como su exceso tienen contraindicaciones. Si no se
consume lo suficiente puede verse huesos frágiles, caries, nerviosismo,
trastornos de concentración e incluso pérdida de apetito y peso. Y el
exceso puede hacer que se pierdan dientes, desmineralización ósea e
incluso osteoporosis.
Para hacernos una idea, con una taza de
yogur con un puñado de almendras y nueces o 200 gramo de chocolate con
almendras o dos filetes pequeños de salmón o 100 gramos de queso
emmental es suficiente, con una sola de estas cosas, para tener la
cantidad adecuada de fósforo que se necesita. En la dieta alimentaria
para el deporte, no te olvides del fósforo como nutriente a tener en
cuenta.
Fuente: Creadess
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